La economía universal crea presiones para reducir

La tecnología y las reducciones de plantillas requieren una mayor responsabilidad individual.

La actual realidad económica ha acabado con cualquier idea de «trabajo para toda la vida». Las personas son ahora responsables de gestionar sus carreras profesionales y de actualizar sus capacidades. ¿Cuántas personas han llegado a aceptar esta nueva realidad? ¿Cuántas están preparadas para hacer frente a este hecho? Esto plantea un problema importante: ¿dónde se nos ha enseñado a aprovechar al máximo el potencial de nuestro cerebro? Ciertamente, no en la mayoría de los sistemas escolares occidentales. El principal problema que afecta a la sociedad en la actualidad es la deficiente calidad del sistema educativo, y la consiguiente falta de capacidades entre la masa laboral.

La disparidad de renta entre los trabajadores del conocimiento y los obreros no cualificados se ha ampliado en los diez últimos años, y es probable que siga haciéndolo. Las personas que no inviertan en su capital intelectual se enfrentarán a un oscuro futuro. La escasez de trabajadores del conocimiento va a generar una escasez de mano de obra y va a limitar seriamente las oportunidades para las empresas que deseen ampliar sus mercados nacionales y extranjeros.